Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 19 de enero de 1809-Baltimore, Estados Unidos, 7 de octubre de 1849) fue un escritor, poeta, crítico y periodista romántico12 estadounidense, generalmente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto, del cual fue uno de los primeros practicantes en su país. Fue renovador de la novela gótica, recordado especialmente por sus cuentos de terror. Considerado el inventor del relato detectivesco, contribuyó asimismo con varias obras al género emergente de la ciencia ficción.3 Por otra parte, fue el primer escritor estadounidense de renombre que intentó hacer de la escritura su modus vivendi, lo que tuvo para él lamentables consecuencias.4
Fue bautizado como Edgar Poe en Boston, Massachusetts, y sus padres murieron cuando era niño. Fue recogido por un matrimonio adinerado de Richmond, Virginia, Frances y John Allan, aunque nunca fue adoptado oficialmente. Pasó un curso académico en la Universidad de Virginia y posteriormente se enroló, también por breve tiempo, en el ejército. Sus relaciones con los Allan se rompieron en esa época, debido a las continuas desavenencias con su padrastro, quien a menudo desoyó sus peticiones de ayuda y acabó desheredándolo. Su carrera literaria se inició con un libro de poemas, Tamerlane and Other Poems (1827).
Por motivos económicos, pronto dirigió sus esfuerzos a la prosa, escribiendo relatos y crítica literaria para algunos periódicos de la época; llegó a adquirir cierta notoriedad por su estilo cáustico y elegante. Debido a su trabajo, vivió en varias ciudades: Baltimore, Filadelfia y Nueva York. En Baltimore, en 1835, contrajo matrimonio con su prima Virginia Clemm, que contaba a la sazón trece años de edad. En enero de 1845, publicó un poema que le haría célebre: «El cuervo». Su mujer murió de tuberculosis dos años más tarde. El gran sueño del escritor, editar su propio periódico (que iba a llamarse The Stylus), nunca se cumplió.56
Murió el 7 de octubre de 1849, en la ciudad de Baltimore, cuando contaba apenas cuarenta años de edad. La causa exacta de su muerte nunca fue aclarada. Se atribuyó al alcohol, a congestión cerebral, cólera, drogas, fallo cardíaco, rabia, suicidio, tuberculosis y otras causas.7
La figura del escritor, tanto como su obra, marcó profundamente la literatura de su país y puede decirse que de todo el mundo. Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa8 y, a través de esta, en el surrealismo,9 pero su impronta llega mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana10 y, en mayor o menor medida, autores tan dispares e importantes como Charles Baudelaire, Fedor Dostoyevski,111213 William Faulkner,14 Franz Kafka,13 H. P. Lovecraft, Arthur Conan Doyle, M. R. James, Ambrose Bierce, Guy de Maupassant, Thomas Mann,15 Jorge Luis Borges,16 Clemente Palma,17 Julio Cortázar,18 quien tradujo casi todos sus textos en prosa y escribió extensamente sobre su vida y obra, etc. El poeta nicaragüense Rubén Darío le dedicó un ensayo en su libro Los raros.19
Poe hizo incursiones asimismo en campos tan heterogéneos como la cosmología, la criptografía y el mesmerismo. Su trabajo ha sido asimilado por la cultura popular a través de la literatura, la música, tanto moderna como clásica, el cine (por ejemplo, las muchas adaptaciones de sus relatos realizadas por el director estadounidense Roger Corman), el cómic, la pintura (varias obras de Gustave Doré, v. gr.) y la televisión (cientos de adaptaciones, como las españolas para la serie Historias para no dormir). (Vid. Repercusión de Edgar Allan Poe).2021
Según Kevin J. Hayes, editor de The Cambridge Companion to Edgar Allan Poe [Guía de Cambridge para Edgar Allan Poe],
la diversidad artística de aquellos que cayeron bajo el hechizo de Poe indica el alcance de su influencia. Los mejores artistas utilizaron las imaginativas obras de Poe como base para sus teorías estéticas. [...] En pocas palabras, los escritos de Poe han promovido la generación artística y estética de una gran variedad de disciplinas creativas.22
The Penguin Encyclopedia of Horror and the Supernatural [Enciclopedia Penguin del horror y lo sobrenatural] afirma sobre este autor:
Revolucionó el cuento de terror, dotándolo de originales perspectiva psicológica, coherencia de tono y atmósfera; escribió algunos de los mejores y más conocidos poemas líricos del mundo, y también algunas de las más sensacionales novelas cortas del siglo XIX, e impresionó vivamente a autores como De la Mare, Stevenson, Doyle, Lovecraft y Borges. Sin embargo, a lo largo de los años la obra de Edgar Allan Poe ha recibido críticas decididamente enfrentadas.23
La Encyclopædia Britannica recoge:
Su agudo y sólido juicio como comentarista de la literatura contemporánea, la virtud musical y el idealismo de su poesía, la fuerza dramática de sus cuentos, dotes que se le reconocieron ya en vida, le aseguran un puesto destacado entre los hombres de letras más universalmente reconocidos.24
El genio de Poe, en palabras del crítico Van Wyck Brooks, no tenía parangón en su tiempo, y su único rival de entidad como prosista y cuentista fue quizá Nathaniel Hawthorne.25
En su ensayo «Edgar Poe's Tradition», el intelectual canadiense Marshall McLuhan sostuvo:
Al tiempo que los magísteres de Nueva Inglaterra degustaban remilgadamente las páginas de Platón y de Buda con un té caliente al lado, y Browning y Tennyson generaban nieblas parroquiales para relax del espíritu inglés, Poe nunca perdió contacto con el terrible pathos de su tiempo. Mucho antes que Conrad y Eliot, se dedicó junto con Baudelaire, a explorar el corazón de las tinieblas.26
Para el poeta francés Stéphane Mallarmé, el bostoniano fue «el dios intelectual» de su siglo.27
En una de sus cartas, Poe dejó escrito:
Novela
Poe es autor de una única novela: La narración de Arthur Gordon Pym (The Narrative of Arthur Gordon Pym of Nantucket) (1838). Se trata de un relato de aventuras marineras de tipo episódico, centrado en su intrépido protagonista, quien encontraría eco posteriormente en las obras de Stevenson. El autor buscó sus fuentes principalmente en antiguas leyendas marineras, como la del Holandés errante, y en sus lecturas de Daniel Defoe y S. T. Coleridge («la afinidad más acusada es con La balada del viejo marinero, ese alma agónica que alcanza la vida a través de la muerte», según Levin).272 Debido a la abundancia de detalles macabros que contiene y a su indescifrable desenlace, la obra ha estado siempre rodeada de polémica.273 Esta novela fue muy valorada por los surrealistas, que destacaban en ella su maestría en la recreación de elementos inconscientes. Por este motivo también ha sido muy estudiada por el psicoanálisis.61 Julio Verne escribió una continuación: La esfinge de los hielos.
Según Cortázar, «la obra posee el doble valor de un libro de aventuras lleno de episodios "vividos" y a la vez de una corriente subterránea evasiva y extraña, un trasfondo que cabría considerar alegórico o simbólico, de no tener presente la tendencia contraria del autor, y sus explícitas referencias en este sentido».273 Por la constante «tendencia al Sur» que se observa en la trama, en Arthur Gordon Pym se hace patente la fuerte autoconciencia sudista de su autor; también se transparenta una cierta dosis de racismo hacia los negros, lo que manifiestan igualmente «El escarabajo de oro» y «El sistema del Dr. Tarr y el profesor Fether».274
Harry Levin destaca que Poe trató de lograr el estilo «plausible y verosímil» que admiraba en Robinson Crusoe, y que se documentó astutamente mediante mapas, cuadernos de bitácora, crónicas e informes marineros. La obra no puede evitar ser receptáculo de la obsesión claustrofóbica del autor, que se encarna incluso en el marco del océano abierto; en cuanto a su final, «si Poe hubiese sido más un alegórico que un materialista, estaríamos tentados de contemplar la salvación de Pym en términos teológicos».275
Entonces Nu-Nu se estremeció en el fondo de la canoa, pero al tocarlo descubrimos que su espíritu lo había abandonado. Y de pronto nos vimos precipitados en el abrazo de la catarata, y un abismo se abrió en ella para recibirnos. Pero surgió a nuestro paso una figura humana velada, cuyas proporciones eran mucho más grandes que las de cualquier habitante de la tierra. Y la piel de aquella figura tenía la perfecta blancura de la nieve.276
Poe dejó inacabada otra novela de aventuras: El diario de Julius Rodman, aparecida en la revista Burton's Gentleman's Magazine por entregas. Solo salieron las seis primeras, de enero a junio de 1840. En esta obra se narra un viaje ficticio a las Montañas Rocosas en tiempos de la conquista del Oeste, temática que sería muy frecuentada por la literatura estadounidense, con un contemporáneo de Poe, James Fenimore Cooper, a la cabeza. Este relato fue publicado por primera vez en castellano en 2005.277
Portadillas originales descartadas, para la versión final utilicé el mismo diseño pero realizadas completamente en aguada. |
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